Vital Tango
Este es otro punto en el que Vital Tango difiere de la concepción general. Cuando veo una exhibición, la gente aplaude entusiasmada ante el virtuosismo de los movimientos realizados a toda velocidad; en cambio, yo encuentro que es en el movimiento lento donde se descubre la esencia del Tango, porque la conciencia corporal surge de la lentitud del movimiento y la conciencia del otro es una extensión de la propia conciencia corporal.
Eso no quiere decir que no pueda disfrutar en un momento dado de bailar Libertango a la velocidad que la música me impone, pero el encuentro íntimo con la pareja lo descubro mejor en piezas como Oblivio, Poema, Tango para Ébora, Malena y tantas otras donde lo que la música me sugiere es un sentimiento introspectivo, un encuentro con la pareja en un espacio invisible a la mirada escrutadora del público, pero que transmite la ternura que la persona sensible sabe apreciar.
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